sábado, 20 de abril de 2013

cuadro de mando integral.



Cuadro de mando integral
Es un modelo de gestión, con soporte de información periódica para la dirección de la empresa, capaz de facilitar una toma de decisiones oportuna conociendo el nivel de cumplimiento de los objetivos, previamente definidos mediante indicadores de control y otras informaciones que lo soporten. Es una herramienta revolucionaria para comunicar la estrategia y alinear a las personas a la ejecución de esta.

CUADRO DE MANDO INTEGRAL: 
ü Perspectiva financiera ( como nos ven los accionistas)
ü Perspectiva comercial (como nos ven nuestros clientes)
ü Perspectiva de proceso (en que debemos sobresalir.)
ü Perspectiva del desarrollo de las personas y el aprendizaje ( podemos seguir mejorando y creando valor)
El CMI se basa en un mapa estratégico que es una forma de dibujar la estrategia ante los grupos de interés y nos ayuda a entenderla y visualizarla. Cuando el cuadro del mando integral se utiliza como metodología de implantación de la estrategia su principal objetivo es ayudar a trasformar, está en resultados de negocio y comunicarla.

Cuadro de mando operativo.
Los cuadros de mando (CM) son herramientas de control empresarial orientadas a la monitorización de los objetivos de la empresa o de las diferentes áreas de negocio a través de indicadores. En función de la naturaleza de los indicadores estaríamos hablando de cuadro de mandos estratégicos (CME) si se trata de indicadores estratégicos u cuadro de mando operativo (CMO) si los indicadores son operativos, es decir, indicadores rutinarios ligados a áreas o departamentos específicos de la empresa.

Puesta en práctica del cuadro de mando.
Seis serian las etapas propuestas:
ü  Análisis de la situación y obtención de información.
ü  Análisis de la empresa y determinación de las funciones generales.
ü  Estudio de las necesidades según prioridades y nivel informativo.
ü  Señalización de las variables criticas de cada área funcional.
ü  Establecimiento de una correspondencia eficaz y eficiente entre las variables críticas y las medidas precisas para su control.
ü  Configuración del cuadro de mando según las necesidades y la información obtenida.

Elaboración y contenido del cuadro de mando.
Los responsables de cada uno de los cuadros de mando de los diferentes departamentos han de tener en cuenta una serie de aspectos comunes en cuanto a su elaboración. Entre dichos aspectos cabria destacar los siguientes.
ü  Los cuadros de mando han de presentar solo aquella información que resulte ser imprescindible, de una forma sencilla y por supuesto, sinóptica y resumida.
ü  El carácter de estructura piramidal entre los cuadros de mando, ha de tenerse presente en todo momento, ya que esto permite la conciliación de dos puntos básicos: uno, que cada vez más se agreguen los indicadores hasta llegar a los mas resumidos, y dos, que a cada responsable se le asigne solo aquellos indicadores relativos a su gestión y a sus objetivos.
ü  Se debe destacar lo verdaderamente relevante, ofreciendo un mayor énfasis en cuanto a las informaciones.
ü  Apoyo de toda la información que se resume en los cuadros de mando.
ü  La información en cuanto a la forma de elaborar estas herramientas es importante, ya que esto permitirá una verdadera normalización de los informes con los que la empresa trabaja, así como facilitar las tareas de constatación de resultados entre los distintos departamentos o áreas.
De alguna manera, lo que se incorpore en esta herramienta, será aquello con lo que se podrá medir la gestión realizada y, por este motivo, es muy importante establecer en cada caso que es lo que hay que controlar y cómo hacerlo. En general. El cuadro de mando debe tener cuatro partes bien diferenciadas:   
ü  Primero: se deben constatar de forma clara, cuales son las variables o aspectos claves más importantes a tener en cuenta para la correcta medición de la gestión en un área determinada o en un nivel de responsabilidad concreto.
ü  Segundo: en las que estas variables puedan ser cuantificadas en alguna manera a través de los indicadores precisos, y en los periodos de tiempo que se consideren oportunos.
ü  Tercero: en alusión al control de dichos indicadores, será necesaria la comparación entre lo previsto y lo realizado, extrayendo de algún modo las diferencias positivas o negativas que se han generado, es decir, las desviaciones producidas.
ü  Cuarto: es fundamental que con imaginación y creatividad se consiga que el modelo de cuadro de mando que se proponga en una organización ofrezca soluciones cuando así sea necesario.

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